14 junio 2015

Déjà vu


Cuando lo vi, me llego un olor, un olor agradable, olia a un perfume de hombre sin tener a uno cerca.

Era un olor rico, masculino, con toques dulces, de menta y madera.

Un olor abrazable.

Cuando busque la procedencia note algo importante y único.

El olor venia de mi, de mi mente tal vez, pero no venia de ningún hombre, provenía de mi.

Ya internenme en una clínica psiquiatra antes de que mi locura me absorba y la sociedad me ataque.

Pero si lo hacen encierrenme con una cámara, unas pinturas y pinceles y unos mil libros, y si no esta de mas pedir, una television y una sesión de películas clásicas y música clásica y no tan clásica como terapia a la locura cada uno de mis días de encierro hasta que mi cuerpo se pudra entre tantas palabras, colores y letras.

Y si alguien  me visita que se le prohíba la entrada al menos de que lleve con sigo algún buen dulce o una sonrisa sincera y hermosa.

CHAAAAAAAAO!